THARSIS:
Blanco,
Negro y Ogre
Los
orígenes del pueblo minero de Tharsis se remontan a tiempos bíblicos
en cuyos textos se hace mención al pueblo de Tarsis y sugiriendo
estos territorios.
(Obsérvese que la letra h intercalada del nombre del pueblo será
incorporada en tiempos de la Compañía británica a finales del
siglo XIX).
A
la extensa y notable elevación de terreno desde donde se domina el
extenso Andévalo lo llamaban Sierra Tarse. Este nombre era todo una
revelación; al pie del cerro posaban los vestigios aun notables de
un extenso pueblo antiguo: el Tharsis fenicio.
Para
entender la importancia de la Sierra Tarse en la historia de la
minería podemos ver cómo ha influido cronológicamente en las
diferentes épocas de la humanidad.
El
principal atractivo de las Minas de Tharsis son sus cinco cortas a
cielo abierto. Situadas en torno a la Sierra Bullones, reciben el
nombre de Filón Centro, Sierra Bullones, Filón Norte, Filón Sur y
Corta Esperanza. El núcleo urbano de Tharsis se encuentra dividido,
al igual que ocurre en otros pueblos mineros de colonización, en dos
núcleos: Pueblo Nuevo y el poblado de trabajadores. El primero,
estructurado en base a una única calle y dedicado al alojamiento de
las familias inglesas, destaca por sus formas inglesas y por
edificios como la casa de huéspedes (o casa de la Señorita Gray),
las oficinas centrales, la casa cuartel de la guardia civil, el club
inglés y la casa del General Manager. A pocos metros al norte se
localiza el pueblo de trabajadores. Caracterizado en su trazado
urbano por sus calles curvas (Doctor Fleming y Huelva -entorno a la
iglesia-) y sus grandes plazas como la de San Benito, del casino o
del mercado antiguo. En él destacan los siguientes edificios: la
iglesia a Santa Bárbara (1880, gemela de la iglesia en Corrales), el
campo de fútbol, el antiguo mercado de abastos, el antiguo mercado
de abastos, el antiguo teatro, la posada, el casino minero o el
conocido antiguo hospital minero, actual espacio expositivo de las
Minas de Tharsis. El Museo. Fuera del núcleo, a pocos kilómetros
al sur se encuentra el cementerio inglés, con un majestuoso pino
piñonero en su interior. Destaca el ferrocarril minero y las
instalaciones, Hoy en día, deteriorado por el abandono y la falta de
apoyo, por parte de la administración, local, autonómica y estatal.
Su recuperación seria un legado de historia para esta comarcan, tan
necesitada de dinamismo y trabajo.
Este
ferrocarril, era el gran medio de la industrialización, y que; en
este territorio venia a unir la línea de La Zarza a la de Tharsis en
Empalme y continuaba hasta la capital. Construido por la Tharsis
Sulphur & Copper Co. Ltd. en 1867, da salida al mineral a través
de 44 km de vía estrecha (1,22 m). Durante su recorrido, a
través de distintos paisajes, se encuentran estaciones, apeaderos,
túneles, puentes, depósitos de agua hasta el cargadero de mineral,
en la ría del Odiel. Estos paisajes de dehesa, repoblación,
cultivos y finalmente marisma, modificados por el trazado del
ferrocarril y la actividad minera, permitían, a través de su
observación, asimilar las características propias del Paisaje
Minero. Desgraciadamente, hoy en día, en peligro de Extinción.
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