viernes, 16 de marzo de 2012

Mercedes Cortijo Romero



Presentación de la exposición de Mercedes Cortijo por  Gustavo Rey
En mi larga y afortunada presencia en esta casa; hago referencia al 1900 Company Bar, que considero por muchas razones la mía, jamás he presentado a nadie leyendo unos folio; siempre he improvisado.
Pero esta noche, y sin que sirva de precedente, voy a leerlos, sencillamente, porque quiero que mis palabras no se las lleve el viento.
Yo deseo que Mercedes Cortijo, autora de estos cuadros que cuelgan en la pared que está a mi izquierda, conserve mis palabras de presentación, como homenaje a ella, por artista, y recuerdo de un amigo, en cierto modo colega, en la difícil senda de la pintura y el dibujo.
La llamada “plumilla” es un arte duro donde hay que luchar contra un papel en blanco con líneas negras que reflejan, no solamente la silueta o los contornos de algo, sino las inmensas e infinitas calidades de luces y sombras.
Es un trabajo de paciencia y silencio.
Los “grises” se trabajan en función del entrecruce de las líneas o del mayor o menor acercamiento entre unas y otras. Los negros son negros y los blancos blancos, pero los matices… ahí está el arte, son producto de la técnica y del corazón del artista, y a Mercedes le sobra técnica, paciencia, corazón y sonrisa; ésta siempre eterna, para sacar a la luz esta obra que hoy nos ofrece, para regusto de los que sabemos apreciar el Arte y el esfuerzo de los demás.
A Mercedes la conocí como persona y pintora a raíz de su primera exposición aquí, en el 1900.
Hoy vuelve la mujer.
Hoy retorna la artista.
Hoy sigo orgulloso de su amistad.
Hoy continúo apreciando su arte, el cual deseo que compartáis conmigo.
Hoy veo una vez más su enorme trabajo y su esfuerzo en superarse.
Hoy, amigos míos, os presento esta obra de Mercedes, no ya con el mutuo cariño de amigo a amiga y de colega a colega, sino con la convicción de que más que mis palabras, vale fijarse con detenimiento en esos dibujos que conllevan maestría, trabajo y dignidad a raudales.
Enhorabuena Mercedes.

                                       Gustavo Rey


No hay comentarios: